Orientaciones básicas para educar en Inteligencia Emocional
"Fue una pequeña tragedia familiar. Carl y Ann estaban enseñando a su hija Leslie, de cinco años de edad, a jugar a un nuevo videojuego. Pero, cuando Leslie comenzó a jugar, las ansiosas órdenes de sus padres eran tan contradictorias que más que tratar de «ayudarla» parecían tentativas de dificultar su aprendizaje.
—¡A la derecha, a la derecha! ¡Alto! ¡Alto! —gritaba Ann, cada vez más fuerte y ansiosamente.
—¡Fíjate bien! ¿Ves cómo no estás alineada?... ¡Muévete hacia la izquierda! —ordenaba
bruscamente su padre Carl.
Mientras tanto Leslie, mordiéndose los labios, permanecía con los ojos completamente fijos en la
pantalla, tratando de seguir sus indicaciones.
Entre tanto Ann, con una mirada de franca frustración, seguía exclamando:
—¡Alto! ¡Alto!
Entonces Leslie, incapaz de complacer a ambos a la vez, contrajo la mandíbula y empezó a sollozar.
Sus padres, ignorando las lágrimas de Leslie, comenzaron a discutir:
—¿Pero no te das cuenta de que apenas mueve la raqueta? —gritaba Ann, exasperada.
Las lágrimas rodaban por las mejillas de Leslie, pero ni Carl ni Ann parecieron darse cuenta de lo que
estaba ocurriendo. Pero cuando Leslie se enjugó los ojos, su padre le espetó:
—¿Por qué quitas la mano del mando? ¿No ves que si lo haces no podrás reaccionar? ¡Ponla de
nuevo en su sitio!
—Muy bien. ¡Ahora muévela sólo un poquito! —seguía gritando mientras tanto Ann.
Pero Leslie ya estaba sollozando otra vez, a solas con su angustia".
"Inteligencia Emocional.Daniel Goleman”
Durante nuestra infancia este tipo de situaciones pueden ocurrir en muchas ocasiones. Y es en momentos donde los niños aprenden lecciones muy profundas. Así, una de las posibles interpretaciones que Leslie pudo hacer de aquella experiencia es que sus padres no tuvieron en cuenta sus sentimientos. La vida familiar es el primer escalón en nuestro aprendizaje emocional, la primera escuela en la que aprendemos a sentirnos a nosotros mismos y en donde aprendemos la forma en que los demás reaccionan ante nuestros sentimientos, donde aprendemos igualmetne a pensar en nuestros sentimientos, en cómo interpretarlos y cómo expresar nuestros temores y esperanzas entre muchos otros.
Algunas pautas generales para estimular la inteligencia emocional de tus hijos pueden ser las siguientes que se exponen a continuación. Sin embargo, hay que considerar, que existen variadas y