domingo, 19 de mayo de 2013

¿Cómo motivarnos? ¿Cómo motivar a otros? (Parte 1)

1. ¿Qué es la motivación?




Para poder dar respuesta a las cuestiones ¿cómo motivarnos? y ¿cómo motivar a otros?, deberíamos preguntarnos primero: ¿Qué es la motivación? ¿Qué entendemos por motivación?. Si bien existen diversas teorías y definiciones sobre motivación, tal término se podría definir como  aquello que nos lanza a la acción, aquella energía que nos mueve. Así visto, la motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene nuestra conducta.

Éste es, sin duda, un tema de interés universal, puesto que se encuentra integrado en la mayoría de los ambientes y situaciones que nos rodean: los docentes quieren motivar a sus alumnos, los jefes a sus empleados, los padres a sus hijos, los vendedores a los compradores, los publicitarios a su audiencia, los políticos a sus votantes, los novios a sus novias y viceversa, etc.

Nos encontramos con que existe una motivación para la dependencia y otra para la libertad, una motivación para el amor, para el trabajo, para viajar, para comprar, para seguir viviendo, para todo... Por tanto, como vemos, la motivación está en todas nuestras acciones, la veamos de forma consciente o no.
Pongamos algunos ejemplos de motivación.

          Ejemplo 1: Imaginemos que ha salido el nuevo modelo de móvil que estaba deseando comprarme hace tiempo. Se activa mi deseo de poseerlo. Tiene una utilidad, un diseño, una forma que lo hacen valioso para mi. Veo el precio y considero que está dentro de mis posibilidades pero no inmediatas. Quiero comprarlo. El móvil se ha convertido para mí entonces en una meta, en mi objetivo. Decido que si quiero conseguirlo debo ahorrar. Esto es molesto, porque me obliga a prescindir de algunas comodidades, pero persisto en mi decisión pensando en mi objetivo. Para animarme pienso en la satisfacción que sentiré cuando lo use y para facilitar mi ahorro decido comprar una hucha. Por fin consigo el dinero suficiente y lo compro.
          Ejemplo 2: He decidido empezar una dieta para perder 5 kilos ahora que llega el verano. El sentirme más ligero/a y más atractivo/a es valioso para mí. Podré ponerme ropa que me sentará mejor y me veré más atractivo. Perder estos kilos se ha convertido en mi objetivo. Sin embargo, es también molesto, porque debo dejar de comer cosas que me gustan y además tengo que comer menos cantidades. Para animarme en mi meta veo fotos antiguas en las que estaba más delgado/a y me imagino con ese traje tan bonito que ya no me cabe. Para facilitar mi meta decido no comprar alimentos que no puedo comer durante estas próximas 4 semanas.
          Ejemplo 3: Quiero motivar a mi hijo de 7 años a que se vista solo todos los días. El hecho de conseguir enseñar a mi hijo a vestirse solo y a ser autosuficiente me hace sentir que soy una buena madre; tiene un valor para mi. Por tanto, conseguirlo se ha convertido en mi objetivo, en mi meta. Para facilitar mi meta decido buscar información y asesoramiento sobre como utilizar técnicas educativas para que la tarea sea más fácil. Aunque esto supone un esfuerzo para mi, persisto en mi tarea hasta conseguirlo.
En los 3 casos anteriores algo se ha convertido en valioso para mí y ha activado mis ganas de actuar.  Estamos motivados para hacer algo. Pero,  ¿qué factores están influyendo en que se active mi motivación?
Si queremos motivar o motivarnos necesitamos saber cual es la estructura de la motivación. Veámoslo en la segunda parte: LOS TRES INGREDIENTES DE LA MOTIVACIÓN.